12 meses posparto

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Puede parecer difícil de creer, pero tu pequeño cumple un año este mes -¡Feliz cumpleaños! – y en el proceso se está graduando de bebé a niño pequeño. ¿Tan rápido? Únete al club de las mamás y los papás de todo el mundo que sienten lo mismo.

Aunque tu pequeño siempre será tu “bebé”, el primer cumpleaños es un hito que trae consigo todas las alegrías de la infancia.

Pero trata de no ponerte demasiado emotivo o nostálgico, porque tu flamante niño sigue siendo un bebé de corazón y todavía tiene un largo camino que recorrer antes de esos no tan terribles 2… y 3… y 4. Y le esperan muchas más diversiones y aventuras en los próximos meses (¡y años!).

El desarrollo de tu bebé en el mes 12 posparto

Aspectos básicos del sueño

A esta edad, los bebés suelen dormir unas 11 horas por la noche -muchas de ellas seguidas- y hacen dos siestas diarias que suman entre tres y cuatro horas. Aunque este mes es posible que se reduzca a una sola siesta más larga por la tarde.

Aspectos básicos de la alimentación

Puedes seguir ofreciéndole leche materna o de fórmula, pero deberías empezar a dejar el biberón a partir de este momento, a menos que tu médico te diga lo contrario.

En cualquier caso, tu pequeño tiene una dieta sólida de sólidos y ya puede empezar a tomar leche de vaca.

¿Lo sabías?

¡A los 12 meses, el cerebro de tu bebé ha duplicado su tamaño!

La mayoría de los niños de 12 meses caminan mientras se agarran a algo o a alguien.

Muchos se ponen de pie por sí solos sin sujetarse a nada. Y algunos incluso ya caminan.

Pero un número considerable de bebés de 12 meses se toma su tiempo antes de dar sus primeros pasos, prefiriendo permanecer a cuatro patas por ahora. De hecho, la mayoría de los niños pequeños no caminan bien hasta los 13 o 14 meses, si no más tarde.

Independientemente de cómo se mueva tu pequeño estos días, lo cierto es que sigue moviéndose, y su movilidad le proporciona mucha de la independencia que ansía, es decir, cuando le apetece (y no siempre lo hará).

La verdad es que un día declarará su independencia -como cuando se va solo a ver el nuevo juguete con luces parpadeantes- y al día siguiente estará pegado a ti. Esta lucha interna entre la dependencia y la independencia continuará de forma intermitente durante toda su infancia.

Ayuda a tu hijo a enfrentarse a nuevos retos, a perfeccionar nuevas habilidades y a dominar nuevas primicias creando oportunidades para que asuma riesgos, riesgos cuidadosamente supervisados, pero riesgos al fin y al cabo.

Detenerse a tocar una hoja de un arbusto, asomarse detrás de un buzón, ver a dónde conduce un camino o comprobar qué olfatea el perro. Subir las escaleras, escalar una pila de cojines del sofá, deslizarse por un tobogán.

Tendrás que estar siempre alerta y poner todos los medios a prueba de niños, pero no dejes a tu pequeño explorador encerrado.

Ayude a cultivar la motricidad fina ofreciéndole un lápiz de colores o una tiza de acera para que haga garabatos, bloques para apilar, libros de cartón para hojear.

Dé a su hijo muchas oportunidades de manipular juguetes que giren, den vueltas,  vacíen y llenen, y juguetes que se puedan golpear, hacer sonar, empujar y tirar.

En cuanto a la comunicación, te darás cuenta de todo lo que tu hijo de 1 año puede transmitir sin decir más de una o cinco palabras reconocibles.

Piensa en tu hijo como un pequeño cavernícola con muchos recursos, que te lleva a la cocina cuando quiere una bebida, que señala el juguete que quiere en la estantería, que gruñe o asiente en respuesta a tus preguntas, que te empuja las piernas hacia la puerta cuando quiere jugar fuera.

Mientras su hijo intente comunicarse con usted, disfrute de su ingenio para conversar, aunque su pronunciación deje mucho que desear.

Por supuesto, aunque las habilidades de tu hijo de 12 meses han avanzado a pasos agigantados, su capacidad de atención no ha seguido el mismo ritmo.

Reconoce las limitaciones propias de su edad y ten en cuenta que tu hijo probablemente no querrá quedarse quieto durante mucho tiempo cuando haga un puzzle o escuche un cuento. Y no presiones a tu hijo de 1 año. A medida que tu bebé crece, también lo hace su capacidad para mantener el interés durante más tiempo.

El crecimiento de tu bebé a los 12 meses

El niño medio de 12 meses pesa sobre 10 kg y mide sobre 74 cm. Tu bebé puede pesar más o menos que estos promedios, y eso es perfectamente normal.

Su médico y tú habéis seguido el progreso en esas tablas de crecimiento, y si el pediatra dice que tu hijo está en la curva correcta, no tienes que pensarlo dos veces.

Mientras observas esas tablas, ten en cuenta que, una vez pasado el primer cumpleaños, el crecimiento de tu hijo se ralentizará ligeramente.

¿Otra cosa que debería ralentizarse ahora que tu pequeño ha cumplido un año? El biberón. La lactancia materna puede continuar mientras ambos estén de acuerdo, pero quitar el biberón debe producirse poco después del primer cumpleaños, preferiblemente antes de los 18 meses, a menos que el pediatra te diga lo contrario.

Y aquí hay algo que merece la pena: la leche de vaca, que debería sustituir a la leche de fórmula al año y ser introducida incluso si estás amamantando: la vitamina D adicional es algo que tu pequeño necesita.

Así que busca en los productos lácteos del supermercado la leche entera: los niños de un año necesitan la grasa extra para impulsar el desarrollo del cerebro. En cambio, la leche reducida en grasa (2 por ciento) puede ser recomendable para los niños de esta edad si la obesidad es un problema en la familia o una preocupación.

La salud de tu bebé de 12 meses

La visita del bebé de un año

Hay mucho que hacer en la visita del bebé de este mes. El pediatra probablemente le hará una exploración física completa y le hará un rápido pinchazo en el dedo para comprobar si tiene anemia. También es un buen momento para plantear cualquier preocupación que puedas tener, incluidos los momentos de tensión derivados de la creciente sensación de independencia de tu hijo.

La vacuna triple vírica

La vacuna triple vírica protege contra tres enfermedades contagiosas: el sarampión, las paperas y la rubeola (también conocida como sarampión alemán). Tu hijo recibe la primera dosis entre los 12 y los 15 meses y la segunda entre los 4 y los 6 años.

La vacuna de la hepatitis A

A partir de los 12 a 23 meses, los bebés deben recibir la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis A, que protege contra una infección hepática contagiosa que, con el tiempo, puede provocar una insuficiencia hepática. La segunda dosis debe administrarse al menos 6 meses después.

La vacuna de la varicela

Antes de que existiera la vacuna contra la varicela, esta (causada por el virus de la varicela) solía ser una de las enfermedades más comunes en la infancia.

Ahora, los bebés reciben la primera de las dos dosis de la vacuna a partir de los 12 a 15 meses y una segunda dosis entre los 4 y los 6 años de edad.

Seguridad en la piscina

Las piscinas pueden ser muy divertidas, pero como también pueden ser peligrosas para los más pequeños, conviene establecer algunas normas de seguridad. El número uno de la lista: Nunca dejes a tu hijo solo cerca de la piscina. Otras estrategias inteligentes consisten en inscribir al bebé en clases de natación a partir del primer año de edad y asegurarse de que la piscina está rodeada por una valla suficientemente alta.

Consejos para el posparto y el bebé

Calmar los brazos doloridos

¿Te duelen los brazos por coger al bebé? Muchos padres primerizos notan dolor en la parte interna de las muñecas (lado del pulgar), que empeora al coger al bebé por debajo de los brazos.

No se trata del túnel carpiano (que puedes haber sufrido durante el embarazo), sino de una afección llamada tenosinovitis de DeQuervain, un nombre elegante para el tendón del pulgar inflamado.

Está causada por el uso excesivo de la muñeca, como cuando se coge al bebé, porque la muñeca y el pulgar soportan la mayor parte del peso. La retención de líquidos también contribuye a la inflamación.

Si la sufres, intenta descansar las muñecas todo lo posible. Si tienes que coger a tu bebé por debajo de los brazos, mantén las muñecas perfectamente rectas sin dejar que bajen.

El médico también puede colocarte una férula para las muñecas y, si el problema persiste, puede recomendarte una inyección de cortisona (no te preocupes, no es peligrosa para la lactancia) o, como último recurso, una intervención quirúrgica.

Para las molestias cotidianas, controla el dolor -o evítalo- con estas estrategias:

  • Haz ejercicio con pesas para fortalecer los brazos y los hombros.
  • Utiliza reposabrazos o almohadas cuando amamantes.
  • Cambia a menudo de brazo cuando lleves al bebé.
  • Utiliza una mochila portabebés o un fular para transferir el peso del bebé de los brazos a la espalda.
  • Alivia los músculos doloridos con una almohadilla térmica.

Jugar con la comida

La hora de la comida consiste tanto en experimentar los alimentos como en comerlos.

Aplastar esos boniatos entre sus dedos es un fascinante experimento científico, untarlos en la bandeja es un proyecto artístico, pasarlos por el suelo es una lección de causa y efecto, y comérselos… bueno, eso no es para tanto.

Si quieres que descubra menos y coma más durante la hora de la comida, intenta ofrecer solo un par de aperitivos a la vez y mantén las porciones del tamaño de una moneda.

Demasiadas opciones y porciones demasiado grandes pueden abrumar a un pequeño comedor.

No le des importancia si decide jugar con la comida, pero ponle límites a la hora de comer (aplastar mientras mordisquea, bien; lanzarla en lugar de comer, no tan bien).

No le presiones -deja que coma tanto o tan poco como quiera- y evita las reacciones exageradas que seguramente inspirarán una segunda ración de travesuras.

Si hay algo que a los pequeños les gusta más que jugar con su comida, es que les llames la atención por jugar con ella.

Seguridad en la bañera

Puede ser estresante bañar a un bebé inquieto en la bañera. Para alguien que acaba de descubrir su movilidad, no es divertido estar sentado… ni siquiera en la bañera.

Por suerte, los bebés de más edad pueden ser obstinadamente achuchables, pero siguen distrayéndose con facilidad. Así que mantén las distracciones.

En la bañera, cántale una canción especial para el baño, haz burbujas para que las explote, salpica (si se anima, claro), llena y vacía vasos, haz flotar y hundir barcos…

Y trata de trabajar rápido: a menos que tu pequeño esté muy sucio, con unos cuantos golpes rápidos de esponja, debería estar listo.

Por cierto, cuanta menos atención se preste, mejor: tanto las sonrisas como las regañinas reforzarán el comportamiento que está tratando de desalentar.

Mantener la organización

Crea una estación de cambio de pañales en cada planta de tu casa para no tener que subir y bajar escalones para cada cambio, y ten también unas cuantas mudas a mano en cada lugar.

En el armario de tu pequeño, instala una barra de colgar baja y listo: Tendrás el doble de espacio para colgar. Si hay espacio para estanterías, mejor aún: utilízalas para los pañales extra, la ropa fuera de temporada (guardada en cubos de plástico transparentes) y cosas por el estilo.

A medida que tu bebé crezca y se interese más por los juguetes y los libros, guarda una papelera o cesta con algunas opciones interesantes en todas las habitaciones en las que paséis mucho tiempo juntos.

Pero considera la posibilidad de convertir una habitación (quizá el salón, el dormitorio principal o tu despacho) en una zona libre de bebés, el único lugar al que puedes ir para escapar de los colores primarios.

Fomenta los paseos

Dale todas las oportunidades posibles para que se ponga de pie (y se mueva) sobre sus dos piernas.

Los juguetes para empujar son estupendos para afinar la locomoción, pero encuentra otras oportunidades para ayudarle a dominar la movilidad.

Por ejemplo, deja que empuje un cochecito de tamaño reducido, o atrae al niño para que se acerque sosteniendo su juguete favorito.

Tirar del pelo

¿A tu hijo le encanta tirarte del pelo? Mantén sus deditos ocupados con juegos de dedos y canciones… O dale por ejemplo, un peluche de pelo largo, del que puede tirar sin que le duela.

También hay que estimular su sentido del tacto con una variedad de telas -suaves, sedosas, peludas, con pelos- y cuando vaya a por tu pelo, saca esa almohada de piel sintética para que la acaricie en su lugar.

Comprar peluches

¿Quieres comprar peluches para tu pequeño? Toma nota de estas pautas a la hora de comprar para tu bebé mayor:

1. Evita los elementos hechos con botones, cuentas u otros objetos pequeños que puedan caerse (o ser masticados). Lo mismo ocurre con la ropa, los accesorios y cualquier otro adorno. En resumen: Cualquier elemento pegado o cosido tiene muchas posibilidades de acabar en la boca del bebé.

2. Comprueba las orejas, las patas y la cola (y todo lo demás) para asegurarte de que el juguete no tiene alambre. Aunque el alambre esté cubierto de “pelo”, existe la posibilidad de que se asome y lastime a tu pequeño.

3. Todo lo que sea fibroso (por ejemplo, el pelo, las cintas o las correas de más de 15 cm) debe evitarse o retirarse si es posible.

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