Ahora que estás de 33 semanas, te acercas a la mitad del tercer trimestre.
Tu bebé ya ha alcanzado la longitud que medirá al nacer, pero sigue engordando medio kilo a la semana.
Es posible que notes este rápido crecimiento en forma de patadas más agudas y dificultad para respirar, gracias a la aglomeración de tus pulmones.
Tu bebé en la semana 33
Punto blando
Las placas óseas del cráneo de tu bebé aún son bastante flexibles, lo que facilita su introducción en el canal de parto.
Bebé sediento
Tu bebé bebe hasta medio litro de líquido amniótico al día. Esto ayuda a preparar el sistema gastrointestinal de tu bebé para el momento de su nacimiento.
Aumento de peso
Tu bebé está ganando peso a gran velocidad, engordando aproximadamente medio kilo a la semana. Estará cerca de duplicar su peso cuando nazca.
¿Cuántos meses son 33 Semanas de Embarazo?
Si estás embarazada de 33 semanas, estás en el mes 8 de tu embarazo. Solo faltan 1 meses.
¿Todavía tienes dudas? ¡Consulta nuestra calculadora de embarazo y parto!
¿Qué tamaño tiene mi bebé a las 33 semanas?
Esta semana tu bebé puede medir entre 43 o 44 cm o más y podría crecer más esta semana. Pesa más de 2.1 kg y sigue ganando peso a un ritmo de medio kilo por semana.
El aumento de peso puede oscilar entre un tercio más y el doble antes del gran debut.
Las patadas del bebé pueden ser más agudas
Con tanto bebé dentro del útero, el nivel de líquido amniótico ha llegado al máximo en la semana 33 de embarazo, por lo que es probable que ahora tengas más bebé que líquido.
Esa es una de las razones por las que algunos de sus pinchazos y patadas se sienten bastante agudos estos días.
El bebé diferencia el día de la noche
Si tu útero tuviera ojos, esto es lo que verías: tu feto actuando cada vez más como un bebé, con los ojos cerrados mientras duerme y abiertos cuando está despierto.
Y como las paredes del útero son cada vez más finas, penetra más luz en el útero, lo que ayuda a tu bebé a diferenciar el día de la noche.
Ahora bien, ¡si el bebé pudiera recordar esa diferencia en el exterior!
El sistema inmunitario del feto se está desarrollando
¡Buenas noticias! Tu bebé ha alcanzado un importante hito en estos momentos: Tiene su propio sistema inmunitario. Los anticuerpos se transmiten de ti a tu pequeño mientras sigue desarrollando su sistema inmunitario fetal, que le resultará muy útil cuando esté fuera del útero y se defienda de todo tipo de gérmenes.
Tu cuerpo en la semana 33 de embarazo
Insomnio
Con los cambios hormonales, las idas al baño a medianoche, los calambres en las piernas, el ardor de estómago y tu barriga del tamaño de una pelota de baloncesto, no es de extrañar que el sueño te sea esquivo.
El insomnio en el tercer trimestre afecta a 3 de cada 4 mujeres embarazadas, que también tienen que hacer frente a la ansiedad por el próximo parto y a una mente que se pasa toda la noche pensando en la lista de cosas que hay que hacer antes de que llegue el bebé.
A las 33 semanas de embarazo, tu cuerpo necesita descansar, así que recuerda que preocuparte por ello no te ayudará ni tampoco mirar el reloj para ver cómo pasan los minutos.
En su lugar, haz todo lo posible por ponerte cómoda, antes de acostarte y cuando te metas en la cama. Prueba a darte un baño caliente y tal vez un vaso de leche caliente antes de acostarte, y evita hacer ejercicio, estar frente a la pantalla, comer o beber demasiado cerca de la hora de acostarte. También puedes pedirle a tu pareja un masaje. Te lo mereces.
Si el sueño se te sigue resistiendo, lee un libro o escucha música relajante hasta que te entre la somnolencia. Y mira el lado positivo: El insomnio durante el embarazo es un buen entrenamiento para las próximas noches de insomnio.
Ácidos grasos omega-3
Los estudios sugieren que los bebés nacidos de madres cuya dieta contiene abundantes ácidos grasos omega-3 (DHA), presentes sobre todo en los aceites de pescado, tienen una ventaja en términos de desarrollo temprano.
Así que si comes salmón salvaje, ¿tu hijo irá a Harvard? Puede que sí, puede que no. Pero el DHA es fundamental para el desarrollo del cerebro y la vista, y casi toda la acumulación de DHA del bebé se produce durante el último trimestre. El DHA también puede ayudar a prevenir el parto prematuro y proteger contra la depresión posparto.
¿Pero no has oído que el pescado no es seguro para las mujeres embarazadas? En realidad, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) recomienda comer de 22o a 340 gramos (o unas dos o tres comidas promedio) a la semana de una variedad de pescados y mariscos bien cocidos que sean bajos en mercurio, como camarones, tilapia, platija, salmón (salvaje es mejor), abadejo y bagre.
Evita el pez espada, el tiburón y el patudo, que suelen contener mayores niveles de mercurio.
¿Odia el pescado? Otras fuentes de DHA son los suplementos derivados de algas, aunque consulta en tu tienda de dietética y pregunta a tu médico antes de comprar un frasco, y los huevos enriquecidos con DHA, disponibles en la mayoría de los supermercados.
Síntomas del embarazo Semana 33
Movimiento fetal intenso
Puedes comprobar los movimientos fetales dos veces al día: por la mañana y por la noche.
Mira el reloj y empieza a contar cada meneo, giro, patada y aleteo hasta llegar a 10. Si al cabo de una hora no has notado al menos ese número de movimientos, toma un tentempié o un zumo, túmbate y vuelve a contar. Puede que tu bebé también haya necesitado una inyección de energía.
Venas varicosas
Seguro que no son tan vistosas -y a veces pueden ser dolorosas-, pero si te preocupa que las varices también puedan ser perjudiciales, puedes estar tranquila. ¿La buena noticia? Si no las tenías antes de quedarte embarazada, desaparecerán poco después de dar a luz.
Dolor de ligamentos redondos
Si te duele el vientre cuando cambias de posición o te levantas de repente, podrías estar sufriendo dolor de ligamentos redondos, o dolores de crecimiento. Mientras sea ocasional y no tengas fiebre, escalofríos o hemorragias, no hay de qué preocuparse. Levantarse y ponerse cómodo ayuda.
Cambios en las uñas
Las hormonas del embarazo pueden hacer que las uñas crezcan más rápido, pero también pueden hacer que se vuelvan frágiles. Si tus uñas están quebradizas, intenta consumir mucha biotina en tu dieta en forma de plátanos, aguacates, frutos secos y cereales integrales.
Falta de aire
Esa barriga que crece empuja todo lo que se interpone en su camino, incluidos los pulmones, que no pueden expandirse del todo. Es más incómodo para ti que para tu bebé, que recibe el oxígeno que necesita de la placenta. ¿Qué ayuda? Ponerte lo más recta posible para que tus pulmones tengan un poco más de espacio.
Torpeza
Una barriga más grande significa un cambio en tu centro de gravedad y eso puede significar torpeza. ¿Qué hacer al respecto? Reduce la velocidad y tómatelo con calma: las prisas solo te harán más torpe.
Cerebro de embarazada
Ese cerebro nublado podría darte una pista sobre el sexo de tu bebé (aunque también podría ser un cuento de viejas).
Las mujeres embarazadas de niñas a veces dicen ser más olvidadizas que las futuras mamás de niños, aunque la ciencia es incierta.
Contracciones de Braxton Hicks
Estas contracciones prácticas las sienten con más frecuencia las mamás que ya han pasado por un embarazo. ¿Cómo sabes que no son reales? Incluso cuando son más intensas, cambiar de posición -de sentada a tumbada, de tumbada a caminar- suele hacerlas desaparecer.
Consejos para la semana 33 del embarazo
Prueba la lactancia materna
Alrededor del 83% de las mujeres intentan dar el pecho después de dar a luz, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). ¿Serás tú una de ellas?
Si es así, ahora es un buen momento para asistir a una clase de lactancia, hablar con tu médico al respecto o ver un vídeo explicativo.
Pregunte por la posibilidad de compartir la habitación
Si aún no lo sabes, infórmate sobre la política de tu hospital en cuanto a compartir habitación con tu bebé las 24 horas del día tras el parto.
Los estudios han demostrado que es bueno para el bebé, para ti y para el vínculo que vais a compartir. Pero tampoco pasa nada si decides no compartir habitación.
Toma más calcio a escondidas
Si la leche te deja un sabor amargo en la boca, hay muchas otras formas de ingerir calcio a escondidas. Mezcla la leche en batidos o sopas, o sáltatela por completo y aprovecha el calcio de otros productos lácteos.
Una taza de yogur tiene la misma cantidad de calcio que una taza de leche, y un trozo de queso también sirve una porción, al igual que un cuarto de taza de queso rallado.
También puedes obtener tu dosis de calcio en zumos de fruta enriquecidos -piensa en la naranja, el pomelo, la manzana, los arándanos y otros- o en leche y queso de soja enriquecidos con calcio.
Ten en cuenta que prescindir de la leche significa perder no solo su calcio, sino también su vitamina D.
El yogur y el queso pueden ser buenas fuentes de la primera, pero no tanto de la segunda.
Por suerte, obtener vitamina D es tan fácil como tomar el sol durante unos minutos al día, ya que tu cuerpo la fabrica en respuesta a la luz solar. Comprueba también que la vitamina del sol está en tu tableta prenatal. Si tomas leche de soja, busca una marca enriquecida con vitamina D.
Cambia a las pesas ligeras
Sí, el entrenamiento con pesas aumenta el tono muscular -e incluso previene la pérdida de masa ósea-, pero durante el embarazo es importante aligerarlas.
Levantar pesos pesados aumenta la presión en tu cuerpo, lo que te hace contener la respiración y podría comprometer el flujo sanguíneo hacia el útero. Además, el aflojamiento de los ligamentos puede provocar lesiones.
Lo mejor que puedes hacer es cambiar a pesas ligeras y hacer más repeticiones, o simplemente esperar a hacer pesas hasta después del parto.
Escribe una carta a tu pequeño
Tienes muchas esperanzas y sueños sobre tu bebé, y vale la pena recordar y compartir cada uno de ellos. Anótalos antes de que se te olviden escribiendo una carta -o una serie de cartas- a tu bebé.
¿Te da reparo escribirle a un feto? Habla con el corazón. Habla de lo que significa este embarazo para ti y de cómo está cambiando tu cuerpo y tu mundo. Cuenta los alimentos que te apetecen, cómo elegiste finalmente el nombre de tu bebé y qué colores escogiste para la habitación del bebé.
Comparte tu reacción cuando descubriste que estabas embarazada, cuando sentiste las primeras patadas y cuando descubriste el sexo de tu bebé (si lo has hecho). Imagina lo que haréis juntos en el futuro. ¿Te ves empujando un columpio en el parque o lanzando un balón de fútbol en el jardín delantero? O imagina cómo podría ser el futuro de tu bebé.
La carta que le escribas a tu bebé se convertirá en una de tus posesiones más preciadas y, con el tiempo, en la de tu hijo.
Evitar el malestar estomacal
Si tu cuerpo tiene problemas para digerir la lactosa (un tipo de azúcar), puede que tomar leche te provoque calambres, gases, hinchazón y diarrea.
Por supuesto, puedes comprar leche sin lactosa o tomar una cápsula de lactasa antes de tomarte un vaso, pero hay otras formas de aumentar el consumo de calcio y evitar el malestar estomacal.
Una solución: Consumir quesos duros curados de forma natural, como el cheddar, el parmesano y el suizo (pierden más de la mitad de la lactosa durante el proceso). O bien, actúe con cultivos activos de yogur: Estos albergan bacterias buenas que descomponen la lactosa.
También puedes reducir la cantidad de leche que tomas. Es posible que tu estómago pueda soportar porciones más pequeñas, como media taza de una sola vez o una fina rodaja de mozzarella.
Por último, como la lactosa es más fácil de digerir cuando se mezcla con otros alimentos, sobre todo con los ricos en fibra, toma tu leche con cereales integrales o funde ese queso en una rebanada de pan integral.
Duerme de lado
Hace ya unos meses que no puedes dormir de espaldas -o boca abajo-, pero ahora que ya tienes oficialmente el sueño lateral, considera la posibilidad de rodar hacia tu lado izquierdo por la noche (aunque cualquier lado funciona).
¿Por qué? Algunos expertos afirman que el lado izquierdo es la posición ideal para dormir, tanto para ti como para tu bebé, ya que permite el máximo flujo de sangre y nutrientes a la placenta. También puede ayudar a aliviar la hinchazón de pies, tobillos y manos.
Si te pones de espaldas durante la noche o simplemente no puedes estar cómoda de lado, inclina las caderas hacia un lado y coloca una almohada bajo un lado de tus nalgas para apoyarte.